Descenso a los infiernos (III)

Llegó cansada y sudorosa a la cabaña de su tío y se le congeló el alma al ver un caballo atado a uno de los postes del porche, un caballo que reconoció pues hacía escasos minutos que lo acababa de ver, el del joven con el que se había encontrado por el camino.

Los últimos metros los hizo ya caminando y recuperando el aliento ¿Qué pretendía aquel hombre? ¿Que su tío la castigara? Una vez más apretó los puños, no tenía a donde ir, se metería en la cabaña con la intención de escabullirse y subir a la buhardilla, su pequeño escondite.

Pero al entrar en su casa su tío y el joven caballero conversaban en el salón  - Katerina, ven aquí, preséntate al noble, es el dueño es estas tierras – le dijo su tío nada más entró sin darle opción a escaparse. Cada vez más abochornada, y con la cabeza gacha se acercó – Me llamo katerina, mucho gusto, si me disculpan, llegó un poco sucia y necesito lavarme… - lo cual era cierto

- Katerina – Habló ahora el caballero – Ya que es nueva en el lugar he pensado que si su tío no tiene inconveniente mañana por la mañana podría pasar por aquí y enseñarle estas tierras – Miró a su tío y este levantó los hombros.

El rubor de las mejillas de la joven se disparó – ¿No me van a castigar? - pensó, el hombre era apuesto, pero, no era una propuesta muy habitual, algo que aceptaría una muchacha formal y educada, pero lejos de esto ser un problema, casi… había algo que… - Bueno… - dijo levantando apenas un poco los ojos – Ahora discúlpenme – y cual chiquilla, salió corriendo para subir al desván.

No fue a asearse de inmediato, se mantuvo callada tratando de escuchar de que se hablaba abajo, pero era imposible, tentada estuvo de bajar de nuevo los peldaños, pero la verían y ya había pasado suficiente vergüenza por hoy, pero no pasó mucho más hasta por fin escuchar la puerta, se acercó a la ventana a tiempo de ver como el joven se alejaba a galope tendido, ahora ya se podía asear tranquila.


...


Pasaron las horas y la noche llegó de nuevo, por un momento el encuentro con Joseph casi cayó en el olvido y regresó el recuerdo de lo que había sucedido anoche, aquella presencia, aquel ¿Sueño?


Se sorprendió a si misma deseando que se volviera a repetir aquella experiencia, dejó la ventana abierta, hacía calor y no albergaba miedo alguno, se tumbó en la cama, de lado, mirando en dirección a la fina cortina blanca que se movía ligeramente, esperando que algo interrumpiera la claridad que le concedía la luz de la luna.


Poco a poco y debido a esos perturbadores pensamientos comenzó a sentir calor en sus entrañas, la electricidad recorrió su piel – Ven… - susurró mirando a la ventana, se mordió el labio por no gemir más alto, arqueó su espalda y su placer estalló en mil matices.

Comentarios

  1. Buen relato, bastante humedo por el final, si señor. Dan ganas de seguir leyendo mas.

    Un saludo sigue asi.

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  2. Menudo final. Pero ya se por donde va todo. Que yo de esto soy una experta. Me jodo todos los finales de pelis y libros jajaa. Un besazo.

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  3. Gracias Cheester! Si, creo que poco a poco irá subiendo de tono, pero a ver que pasa ;) Saludos!

    Cris, jejeje Felicidades, o mejor dicho: lamento que te fastidies los finales xD seguro que intuyes por donde va la cosa pero esto creo que aún va a dar alguna que otra vuelta y el final aún no lo tengo muy pensado xD Besitos!

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