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Mostrando entradas de enero, 2015

Mi corazón

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Mi corazón (05-12-1994) Por la hermosura de tu corazón también por quererme saber soportarme por ser tan bonito tu amor. Porque me levanto pensando en ti vivo y rezo por ti sin ti mi corazón es desierto sin ti prefiero estar muerto. Porque tu alegría es mi vida y si me quieres soy el más feliz por ser tan dulce y sensible porque quiero que seas mía. Yo te doy mi corazón por todo esto y porque eres así te quiero tal cual, te quiero a ti porque día a día te quiero entregar mi amor. -- Buenoooo. No es que me alegre de mis propias desgracias jaja Pero con este finaliza esta etapa de de poemas tan tan dulces. Lo quiera o no, sirvió para elevar de nuevo el listón de la calidad de mi poesía pero no adelantemos acontecimientos. Por el momento nademos en el almíbar jajaja De aquí me quedo con el esbozo de dibujo que acompaña al poema. Un “ojo luna”, un monte, una playa... 

Oscuridad

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Era una otoñal tarde en la ciudad. Salió del trabajo pensando en ir a comprar los regalos de navidad. Exactamente se encontraba caminando por la acera de la avenida, con prisa, como siempre solía caminar. Cuando… Se hizo la oscuridad. Todos los peatones alzaron la vista al cielo y se hizo el silencio. Se escucharon algunos frenazos de coches, y alguien que se pasó de frenada se llevó por delante un retrovisor. ¿Qué había pasado? Las farolas comenzaron a iluminar, pero aún con insuficiente potencia. Se escuchó el lamento ahogado de una chica. Sacó el teléfono móvil y miró la hora “15:35” Volvió a mirar al cielo ¿Sin nubes? Imposible. Sus ojos comenzaban a  acostumbrarse al cambio de luz y comenzó a divisar un precioso cielo estrellado. Se estremeció. Algo gordo debía de estar pasando y sintió angustia. Apretó el paso, quería llegar a casa cuando antes, ver las noticias, si, las noticias, en la radio del coche quizás dijeran algo. ¿Y si cundía el pánico y todos decidían salir

La herida

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La herida (27-11-1994) Rojo cae por la ladera. Rojo en el cielo tardío. Rojos camino y carretera. Entre la espada y la pared está la salida, entre la espada y la pared está la hoguera. Tuya es la espada, pared mi conciencia. Rojo lento sufrir acariciando tus pétalos de rosa. Cosas no menos hermosas otros no dudarían sacudir. Mi por favor, es súplica. Si me lo niegas, es llanto. ¿Tanto has dejado de quererme que ya tan poco te importo? Palabras dices al oído, palabras que no puedes cumplir. Por favor, no digas palabras que daño me van a producir. El día rojo acabó. Espero no volverlo a vivir, sería un lento morir. Como moriría sin tu amor. -- En toda relación hay baches, momentos que no son color de rosa. Retos a superar... Bien es conocido que el roce hace el cariño, pero a veces del roce también saltan chispas. Retomé en este poema, la “exorcización” de lo que me atormentaba y ahí quedó plasmado. Espero que hayáis