Entierros
No me gustan los entierros, pero asisto a todos, me siento en la obligación. En ellos se produce una descarga total de emociones. Pocos sentimientos más fuertes hay que el dolor por la pérdida de un ser querido. La contrariedad frente a la muerte. La aflicción.
Mi primer familiar se machó siendo aún yo un niño, aún recuerdo aquellas sensaciones extrañas. Luego fueron llegando más, como gotas de una fría lluvia, lenta pero imparable.
A mis noventa y ocho años ya me falla la memoria, casi ni me acuerdo de cuando y porqué llegó “la enfermedad” por la que dejaron de nacer niños. Al menos ya no asistiré a más entierros, solo quedo yo.
23/10/2018
Me he dado cuenta que últimamente me salen textos truculentos, oscuros... No sé muy bien por qué, tal vez cosas de la edad o quizá cosas del subconsciente. En cualquier caso se podría decir que me vuelvo a sentir bastante inspirado y… ¿Quién va a poner freno a la inspiración?
Hola Roland
ResponderEliminarInquietante la vivencia de este hombre. Que sobrevivió a todos y ahora debe vagar sus últimos días en soledad, sentir la soledad de un ansiano Adan con la certeza que nadie lo llorará ni le dará sepultura
Una historia extraño e inquietante... que nos acerca al fin de la humanidad . Terrible y triste.
Me gusta mucho tus historias Roland, siempre te dejan pensativa. Tus relatos invitan al debate
Feliz semana :)
Hola Nieves.
EliminarCuriosa visión, vendría a se como Adán pero a la inversa.
¡Feliz semana!
¡Hola Roland!
ResponderEliminarLos entierros siempre dejan sensación de orfandad, aunque no sea pariente quien es enterrado. Una idea de vacío y fragilidad difícil de comparar, y mucho más si el protagonista le ve las orejas al lobo >_<
¡Genial relato!
Saludos
¡Hola Poe!
EliminarLos relatos nos permiten llegar a esas circunstancias, que esperemos nunca se lleguen a vivir.
¡Saludos!