Ritmo de vida

 

La espiral de la vida. Entra suave, despacio. Poco a poco, sin darte cuenta contraes obligaciones. La mayoría... caprichos, hobbies, o simplemente presumir.

Todo ello poco a poco va consumiendo los ingresos. Pronto, necesitas más. Más ingresos, un trabajo mejor, un segundo trabajo, más presión, trabajar más horas. Todo para intentar saciar el voraz apetito de los compromisos, las deudas, el ritmo de vida.

Al final… te das cuenta de que estás viviendo para pagar esas cosas que… casi ninguna es necesaria. Vale, hay circunstancias y circunstancias; pero en general… ¿De verdad es necesario todo lo que consume nuestro dinero, que a su vez, se consume nuestras horas, nuestra vida?

Si, también sé que no es fácil mandarlo todo a la porra, irse al monte a comer frutas silvestres y vivir como un ermitaño. Pero si merece la pena planteárselo al menos ¿No? Hagamos una prueba. Apuntemos todas y cada una de las cosas en las que gastamos cualquier cantidad de dinero por mínima que sea. Habrá cosas que merecen la pena e incluso que gastamos poco, pero… tal vez nos sorprendamos y nos demos cuenta, de que gastamos mucho por estar en “la ola”, porque parece que nos vemos obligados a ello.

No seré yo quien juzgue en que gasta cada uno su dinero. Pero al menos seamos conscientes de ello. Antes de que nos dé un infarto, o en el mejor de los casos, antes de que lleguemos a viejos y nos hagamos la gran pregunta ¿Estoy satisfecho en cómo he vivido la vida? Y no me refiero al estatus alcanzado; el estatus, una vez en el hoyo es el mismo para todos, por muchos abalorios que tenga el nicho. Y si es porque aquello de que nos recuerden como alguien importante o poderoso... dentro de mil años tampoco nos recordará nadie. Me refiero, a la felicidad.

17/03/2023