Ventanas
En mi primera ventana había un pequeño patio, donde se hicieron carreras de caracoles, donde la vecinita desde su ventana me enseñaba una Barbie sin ropa, donde siempre hubo alguna planta. Al lado de esa ventana hice deberes, dibujé, escribí mis primeras historias y jugué…
Desde mi segunda ventana había unas vistas fantásticas. Al fondo una montaña que se alzaba al pie del mismo mar y hasta llegar a ella se veía una gran extensión de naranjos, siempre verdes y que regalan su fragancia de azahar en primavera.. Allí Crecieron y jugaron bebés. Se trazaron sueños, algunos se cumplieron y otros se truncaron.
Desde la tercera ventana se ve un balcón con flores hermosas y un cielo casi siempre azul. Donde se vivieron tanto momentos de familia muy cercanos, como la independencia en estado puro. Donde todos los momentos tampoco fueron felices y la vida parecía complicarse, pero un lugar que se pudo usar como trampolín para volver a soñar.
Ahora me hallo buscando una cuarta ventana, y como las estaciones del año tal vez sea la última. No sé cómo será, ni que viviré allí. Pero sé lo que busco y eso… eso algo cuenta.
08/05/2019
Hola Roland
ResponderEliminarDespués de leer este relato me invade la curiosidad de como será esa cuarta ventana. Y le desearía suerte y los mejores deseos para este personaje para el que las ventanas son paisaje de su propia vida .
Me hizo reír esa vecinita y su barbie sin ropa. :)
Me encantó mirar por la ventana de tu relato .
Saludos y feliz semana :)
Hola Nieves
EliminarLo que pasa en las ventanas es imprevisible jajaja
Feliz semana!
¡Hola Roland!
ResponderEliminarLas ventanas, además de enseñarnos paisajes también nos enseñan nuestro reflejo. Buscarlo cada vez mejor es una meta y un anhelo.
Precioso relato. Saludos
¡Hola Poe!
EliminarCierto, las ventanas tienen doble dirección, ojo con eso xD
Gracias y saludos
Hola Roland
ResponderEliminarBellisima entrada, me ha hecho pensar en mis propias ventanas. Pero nunca la última, siempre la penúltima jaja.
Un abrazote!
Hola Natalia!
EliminarMe alegro de hacerte reflexionar, me encanta.
¡Un abrazo fuerte!