Ascenso inmersivo

La mañana despertaba, en el aire el olor a bosque húmedo. El viento silbaba entre las hojas de los pinos que iban desprendiendo algunas gotas que se habían condensado a lo largo de la noche, era un espectáculo hermoso. Curioso pisar, las zapatillas se hundían varios centímetros entre arbusto bajo que crepitaba bajo los pies. Cada vez olía más a planta, un olor bastante agradable que le hizo sentir, que allí el extraño era él. Sin prisa, pero sin pausa, el caminante iba ascendiendo. Un sonido repentino lo hizo dejar de mirar por donde pisaba, le dio tiempo de ver como una gacela huía a toda velocidad. Sonrió, y se guardó el momento para él. Su respiración era cada vez más profunda, poco a poco iba acusando el cansancio. Hizo una pausa para dar un trago y miró en dirección a la cima, invisible aún desde donde se encontraba. Agachó la mirada para agarrar la mochila de nuevo y entonces lo vio en el suelo. Junto a su pie. Un objeto brillante del tamaño de un puño. Pero con forma i...