Vital



¿Habéis conocido alguna vez a alguien que os diera la sensación de que vivía demasiado rápido? Yo conocí a alguien así. Un chaval al que conocí un día de campo, de inmediato congeniamos. Es más sentí admiración por lo incansable, por lo alegre, por su vitalidad. 

Tras unas horas jugando al balón con él, sentí que había hecho un amigo para toda la vida. De tal modo que me quise ir con él, en el coche de sus padres. Así también conocí donde vivía.

Pero como suele ocurrir a esas edades tan tempranas, mantener una amistad tan incipiente no es cosa nada fácil. Dependes mucho de tus padres, de si compartes o no colegio... en fin, de muchas cosas.

Pero nos buscábamos de vez en cuando por las calles. Si, era cuando los niños jugábamos en la calle. Subí alguna vez a su casa, jugábamos a un pequeño pinball que tenía. A él también le interesaba jugar conmigo y así tener una excusa para no ir a misa, tal y como lo obligaban sus padres.

Era muy incipiente en todo. Con él conocí a chicas con las que salir, cuando a mi aún se me hacía un poco extraño el sexo opuesto. Y como ya he dicho antes, los caminos de la vida nos volvieron a separar.

Un día gris. Cuando enterraban a un familiar mío, vi en unas lápidas más allá, la foto de alguien que había fallecido apenas unos pocos días antes. Si, mi amigo que vivía rápido. Me quedé consternado, cómo la muerte se podía llevar a alguien tan vital, tan alegre y tan joven.

24/07/2018

Comentarios

  1. ¡Hola, Roland!

    Magnífica reflexión, y estupendos recuerdos que guardas.

    La muerte jamás es justa, nunca hay suficiente vida para llegar a ella.
    Por eso siempre nos sorprende venga de donde venga, creo yo.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Poe

      Los tema existenciales suelen ser profundos y dan mucho de que hablar.

      ¡Saludos!

      Eliminar
  2. Hola Roland .

    Yo también tengo algún amigo así.
    Recuerdo que un verano estuve dando clases en una academia para aprobar las dichosas matemáticas que siempre me quedaban pendientes.
    Yo que siempre fui de la última fila hice migas con un grupito de los míos de esos de última fila ...

    Uno de ellos sólo estuvo en este mundo un par de años después de aquel verano. Fue un accidente estúpido . Iba en su moto. Paró para hablar con alguien ... se calló y se dio un mal golpe .murió allí mismo .
    El destino es terrible ... la muerte nos acecha en cualquier momento .
    Aprovechemos ves momento Roland, está claro que no sabemos cuando se parará nuestro reloj.

    Saludos y feliz semana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Nieves.

      Bonita y triste historia. Hay que disfrutar de lo que se tiene.

      Feliz semana, besos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

El pájaro y la ardilla

Pasillo solitario

Oda a la oscuridad