Clima
El ambiente se estaba tornando cada vez más frío. Pero ya estaba llegando a casa de su compañera de clase. Al menos allí se estaría calentito.
Ella era una chica de las inalcanzables, de las que siempre van con el tío más guay. Él, tímido que trataba de centrarse y no tener muchas expectativas.
Él ya llevaba el trabajo en la mano, dando por supuesto que lo iban al despachar con rapidez. Pero se equivocó. Ella lo invitó al pasar y a tomar un chocolate caliente.
Pasaron a su habitación y por la ventana vieron que empezaba a nevar. Él se preocupó y ella se rió con diversión al observar su rostro - Vaya, ahora no te puedes ir. Podrías tener un accidente.
Ella se acercó a su cuerpo y él comenzó a temblar, y no de frío precisamente. Se acercó al su oído y le susurró – Me gustan los malotes y tú eres demasiado bueno, pero... me consta que tienes una gran imaginación.
16/05/2018
A veces lo inalcazable sólo está en tu mente. El miedo al fracaso y hacer el ridículo paralizan posiblemente grandes historias.
ResponderEliminarAhora ella descubrira lo especial de los hobres buenos con ese toque tímido.
Me gustan estas historias Roland. Quizás yo también tenga mucha imaginación y veo en ella un comienzo.
Saludos y feliz semana :)
Hola Nieves.
EliminarPues si, que mala cosa lo del miedo al fracaso. Me alegro de que te guste.
Besos.
¡Hola Roland!
ResponderEliminarSiempre es estupendo volver a leerte :)
Bonita historia de un extraño principio, y de un inimaginable final. Me gustan los finales abiertos que dejar intuir a cada uno lo que quiera que pase.
¡Saludos!
Hola Poe.
EliminarSiempre son interesantes los finales que le pone el lector. Lo importante es dejar la semilla.
¡Saludos!