Imágenes en sepia



La calle terminaba. Luego un camino de tierra, algunas acequias, unos campos de naranjos descuidados y llenos de matorrales.

Un día de lluvia intentamos construir una cabaña con un plástico y unas maderas. Sentarse a escuchar el golpear de la lluvia era lo más. Aunque de todos modos uno terminase empapado.

Un perro vagabundo se convertía en tu mejor amigo. Solo había que llevarle unas galletas o las sobras de la comida y tenías fidelidad para siempre. Bautizamos al perro. Y uno ya de chico, aprende que los animales vagabundos no duran mucho.

Especulábamos con las historias. Con que por aquella zona se ocultaba un malvado criminal. Encendíamos fogatas y le echábamos cosas, como botes de insecticida. Era una de la travesuras temerarias favoritas.

Pero era suficiente con unas canicas o un trozo de yeso para rallar en el suelo. Unas monedas. Llenar un bote de arena. Seguir una acequia a ver donde te llevaba. Y el colmo ya era disponer de un balón de plástico. Ni siquiera hacía falta que fuera de cuero, para que te salían amigos por todas partes. 

O uno podía ir un par de calles adentro. A jugar en las aceras. En la plazoleta. No había mucho tráfico, ni tantos coches aparcados. A la hora de la merienda la calle era de los niños. 

No era el mejor, ni era demasiado bonito, pero siempre recordaré con cariño el barrio en el que crecí.

07/11/2017

Fuente imagen: http://blogs.hoy.es/guirisporextremadura/category/en-sepia-o-en-color/

Comentarios

  1. Hola Roland

    En mi barrio no había juegos de niñas y niños, todos jugábamos junto, también había cabañas, na nuestra y la de nuestros "enemigos", los niños de otro barrio. :)

    Me encantaban las canicas y la lima, y el fútbol con los partidos, niñas contra niños, padres contra madres padres contra hijos. Me gustaba merendar en la acera el bocata de tableta de chocolate.
    Incluso tuvimos nuestro propio perro amigo, de echo he recordado que escribí sobre él. Te dejo el enlace por si la curiosidad te hace leerlo.
    Mi barrio supongo que tampoco era el mejor pero creo que mis primero amigos de barrio sí que lo fueron. Recuerdo a todos en mi plazoleta jugando juntos al juego de moda.

    http://loscuentosdelachina.blogspot.com.es/2011/05/la-segunda-oportunidad.html#comments

    Saludos y feliz semana

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    1. Hola Nieves.

      Gracias por aportar los recuerdos de tu infancia. Entrañable también tu entrada.

      Besos

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  2. ¡Hola Roland!

    Qué bonitas imágenes de infancia, que pudo ser la de cualquiera que conocimos calles con pocos coches, y horario de juego interminable. Hoy día cuesta pensar que las tardes infinitas que parecían no acabar nunca en realidad eran solo dos o tres horas.

    Entiendo el sídrome de Peter Pan. Al crecer todo se hace más complicado.

    ¡Genial relato!

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    1. Hola Poe.

      Cada época tiene lo suyo ¡Qué distintos son los niños de hoy en día! O al menos sus actividades.

      ¡Gracias por pasar!

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  3. Me trasladaste a tu infancia en dos minutos. Maravilloso viaje.
    Un abrazote

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    1. Hola Natalia.

      Que bonito me resulta poder trasladar al lector. Y más si es una amiga.

      ¡Un abrazo grande!

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  4. Bonta entrada, y aunque el poeta diga que nunca se ha de volver al lugar donde se ha sido feliz, es una felicidad tener tan bellos recuerdos.
    Un saludo.

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    1. Hola Tejón.

      Me alegro de que te guste. Entiendo también al poeta, sus motivos tendrá jajaja

      ¡Saludos!

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  5. Me ha encantado tu existencialismo.
    Además tendemos a endiosar los recuerdos de nuestra infancia. Diste en la clave con la frase final: No era lo mejor pero el recuerdo lo hace sentir así.


    ¡SALUDOS!

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    1. Hola Antoni

      Me alegro de que te haya gustado. Lo de los recuerdos es todo un mundo y tienen muchas cosas curiosas. Gracias por pasar por aquí :)

      ¡Saludos!

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