Una calle llamada peste


Había suciedad hasta en las paredes de ladrillo. Oscuros chorretones de mugre acumulada durante años caían desde las ventanas y los balcones. Pero el suelo era aún peor: Papeles, excrementos, tapas de alcantarilla corroídas por el óxido con bordes punzantes...

Era conocida como la calle de la peste. Por allí no pasaba ningún turista, ni siquiera un agente de la ley. Era territorio desconocido excepto para los vecinos que allí subsistían. Y de noche, ni siquiera estos por allí se atrevían a transitar. Sonidos extraños salían de las entrañas de las alcantarillas. ¿Tuberías? ¿Ratas? ¿Cucarachas? Algo extraño habitaba allí a sus anchas entre tanta basura. Y así sucedía noche tras noche.

Hasta que un buen día el ayuntamiento decidió hacer frente a la situación. Entraron varios camiones y operarios arramblando con aquel estercolero. Y tras ellos, otros con agua a presión para repasar suelo y paredes. Esto dejó la calle irreconocible, por lo limpia que quedó.

Parecía que esto iba poner fin al toque de queda nocturno, pero no. Por las noches comenzó a escucharse algo que se arrastraba por los suelos y un grave gemido que ponía los pelos de punta. 

Finalmente haciendo acopio de valor, alguien se atrevió a mirar. El sonido que se arrastraba provenía de unas roídas zapatillas que a duras penas conseguían mantener su integridad. El gemido, de unos agrietados labios, que parecían negarse a separarse demasiado, embutidos en una cara sucia sobre la que caían pelos blancos y desaliñados.

Al fin entendió que decía aquel lamento que parecía un gemido – Mis gatos... ¿Dónde están...? - La mujer vagaba lentamente, arrastrando los pies por la acera. Calle arriba y calle abajo. Si, era la loca de los gatos. Y es que, los mininos de la calle, debía de haberse ido a buscar tierras mejores en las que poder campar a sus anchas.

10/01/2016

Fuente imagen: http://es.dreamstime.com/foto-de-archivo-calle-dejada-en-desorden-image46596910

Comentarios

  1. ¡Hola Roland!

    Qué relato más triste, en general.. La soledad de la "loca de los gatos" me parece muy conmovedora, sobre todo cuando éstos también la abandonan y vaga buscándolos.

    Me ha gustado muchísimo el relato, tan lleno de matices y de descripciones. Se puede sentir esa calle tan horrible, pero.. Me duele más la soledad tierna de la involuntaria protagonista. Ojalá alguno de sus gatos vuelvan. Que al menos le quede eso.

    ¡Enhorabuena por el relato! ^_^
    *Qm*

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Poe!

      Bueno, que un relato corto pueda causar sentimientos en el lector es siempre algo muy bueno :) Me alegro mucho de que te guste. Como en algunos de mis relatos, este tiene un toque personal.

      Gracias :*

      Eliminar
  2. Ohhh pobres mininos, gaticos ! Como siempre, muy inquietante tu relato y muy bien contado! Logras estremecer al lector!
    Un abrazote

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jejeje Gracias por el comentario Natalia. ¡Otro abrazote grande para ti! :)

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

El pájaro y la ardilla

Pasillo solitario

Oda a la oscuridad