De cómo empecé a escribir.


Me han comentado un par de veces que les resulta extraño que mi profesión sea técnica y en cambio escriba. Por aquello de “eres de ciencias o de letras”, quizá este sea uno de los motivos:

Se me daba mal lengua. Desde el principio. Todos andaban locos con mi caligrafía y sufría castigos y reprimendas por ello. Cada uno me enseñaba una tipografía distinta y parecía que la mía era un horror. Para poder tener buena caligrafía tenía que escribir “como otros”, lo que me costaba como tres veces más de lo normal y nunca lo sentí como “mi letra” Fue por ello por lo que aprendí a escribir de dos modos distintos y aún los conservo. Al final, no sé si mejoré un poco o me dieron por imposible.

La ortografía fue otra lacra para mí. No es que no me esforzara, es que no me entraban las reglas de la ortografía. Tenía un librito en el que venía todo explicado, lo leí varias veces y aun así… seguía aprobando lengua a última hora y raspado de nota. Y... lo odiaba.

Analizar frases no se me daba mejor. Me parecía complicado identificar cuando una palabra era una cosa y cuando era otra, con esto también lo pasé mal.

Creo que fue entonces cuando me decanté claramente por las matemáticas, los números parecían más claros, sería complicado, pero los números no engañaban y dato importante, te podías comprobar a ti mismo si lo habías hecho bien. Era algo tangible, exacto.

Fue en aquella época cuando el profesor de lengua nos dijo que teníamos que escribir un poema. ¡Horror! Un poema. Sabía la teoría, aquello de las rimas y demás ¿Pero yo que era un negado en lengua?

Como en todo, me puse a ello. Y se me ocurrió escribir un poema sobre un perrito que no tenía (nunca tuve) Un perrito, gordito, ciego, patoso... Sin darme cuenta mi imaginación voló y resultó un poema sencillo y de humor.

No esperaba nada de ese poema, pero cuando el profesor corrigió los poemas, eligió a tres (de los cuarenta que éramos en clase) que le había gustado para leerlos en voz alta. El mío fue uno de los elegidos. Me moría de vergüenza, el chaval que agonizaba para aprobar lengua había escrito algo que parecía merecer la pena ser leído para toda la clase.

Aquello se me quedó grabado y lo recordaría años más tarde, cuando decidí escribir un poema por mi cuenta, y ese le sucedieron muchos otros.

17/02/2015

Fuente imagen: http://dictadosparaprimaria.com/dictados-para-primaria-aprender-a-escribir/

Comentarios

  1. Hola Roland! Primero dejame decirte que si, te tengo en alta estima jaja. Me encanta tu anecdota de como empezaste a escribir, y me encantaria leer ese poema del perrito imaginario. Me pasa un poco igual que a ti, me gusta escribir y sin embargo, tambien me fui por una carrera de numeros y formulas. Ahora encuentro que la escritura es mi balance, me imagino que te sucede algo parecido. en fin, disfrute mucho tu relato, como siempre, con ese aire simple y sin pretensiones, que es lo que resulta encantador.
    Un abrazote ( perdona que va sin acentos)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Natalia! Vale, vale, no insisto jajaja :D

      Desgraciadamente el poema en cuestión se perdió para siempre :(

      Cuando mi época de los poemas si lo sentía como una necesidad. Ahora es algo distinto, pero en cualquier caso algo que nos gusta hacer.

      ¡Otro abrazote para ti!

      Eliminar
  2. ¡Si es que eres un fenómeno! :D
    Yo he ido por ciencias y no letras, y sin embargo escribir es lo que más me gusta (eso si, sobre mis temáticas favoritas) xD
    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja Que va, no fenómeno ni na :)
      A ver si al final va a ser no normal lo de las ciencias jejeje Y claro que si, cada uno a de encontrar su motivación. Un abrazote

      Eliminar
  3. A veces cuesta mucho saber que es lo que prefieres hacer. Yo me he defendido con mis estudios y trabajo, para sacar adelante una familia numerosa, pero te confieso ahora jubilado, que nunca he disfrutado con mi trabajo, y aun ahora no sé que es lo que me gustaría hacer. Entre mis hijos, uno de letras y otro de ciencias han destacado, y disfrutan realmente con su trabajo, los admiro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y yo admiro lo de sacar una familia numerosa adelante, Marcos. Eso si tiene mérito. Gracias por pasar por aquí :)

      Eliminar
  4. Hola Roland! ^_^

    Genial post, con tu experiencia personal de cómo empezó tu pasión escritora.

    Nunca se sabe dónde yacen las vocaciones, y con las cosas más nimias se puede incentivar o matar una ilusión. En tu caso, fructificó en un lado creativo que encontró en los poemas, narraciones y relatos su modo de expresión.

    No puedo dejar de felicitarte por ello y por tu anécdota/relato de esta entrada.

    Siempre es un placer leer lo que escribes, pero ésta ha sido encantadoramente especial :)
    *Qm*

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Poe!
      Es un misterio lo de la vocación. Yo escribo porque me resulta agradable, porque soy el primero que se divierte en el proceso y al ver el resultado. Y si encima hay gente a la que le gusta lo que escribes, pues ya es lo más.
      :*

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

El pájaro y la ardilla

Pasillo solitario

Oda a la oscuridad