En la arena
El niño había ido con su familia a pasar el día en la playa. Cuando las toallas y la sombrilla ya estuvieron desplegadas corrió hasta la orilla y allí se sentó. La arena estaba húmeda y no quemaba.
Tras mirar durante unos momentos al horizonte, se dispuso a comenzar con las obras para realizar su habitual castillo. Lo primero un hoyo del que sacar la arena, y que además, podía ser usado como foso si construía el castillo en su interior. Así que comenzó a cavar.
No era la primera vez que al hacerlo topaba con algo. Casi siempre la concha de algún molusco, pero en esta ocasión parecía tratarse de algo muy distinto. Era grande y rugoso. Tenía la textura de la madera, pero frágil a la vez pues parecía romperse con facilidad.
Miró de reojo a sus padres pues no quería que le sermonearan al grito de que se podía cortar o a saber… y siguió desenterrando aquello. Ya le cabía casi todo el brazo en el agujero cuando topó con un material distinto. Algo frío y metálico… ¿Monedas? ¿Había encontrado monedas? ¡La de chucherías que se podría comprar!
Pero pronto en su rostro se reflejó la desilusión, estaban viejas y sucias. Seguro que no valían nada. Tapó de nuevo el agujero y se puso un par de metros más allá para comenzar de nuevo con su castillo.
02/05/2019
Con esto y un bizcocho... Me despido hasta septiembre. ¡Feliz verano a todos!
Ups !!
ResponderEliminarHola Roland ... pero este niño no sabe muy bien lo que ha hecho ... ay Dios ... creo que cuando se lo cuente a la familia va a ser el padre el que cabe media playa para enconttrar el tesoro que su hijo desechó ...
Esta juventud ...
Saludos y disfruta del verano
Nos leemos en septiembre :)
Hola Nieves.
EliminarQuizá continúe así la historia. Quién sabe :)
Besos
Seguro encontrara mas fortuna en su nuevo castillo. Feliz verano apreciado Roland!
ResponderEliminarAbrazote!!
Hola Natalia!
EliminarLa fortuna se encuentra de diferentes formas.
Abrazazo!