Frío

Hoy he entrado por casualidad en una de mis antiguas entradas. He visto la introducción que solía poner o épilogos... dejémoslo en comentarios sin más jajaja Total, que he pensado en intentar recuperar esa tradición. A ver si me animo a ello. 

Sé que últimamente mi frecuencia ha bajado, se debe principalmente a que mi inspiración para escribir también se ha reducido, pero... también es algo a lo que estoy intentando poner remedio, a ver si esto de los comentarios me sirve como acicate. 

Ya os dejo con el relato corto, nos leemos :)




Frío

Era uno de esos inviernos bien fríos. Que convierte los charcos en hielo. En que uno se aferra al vaso de leche caliente del desayuno para calentarse las manos.

Al chico le esperaba un buen trecho por delante. El colegio no estaba cerca. Con la mochila a la espalda y el paso presuroso hacía el camino de cada día, mientras su aliento se convertía en vaho.

Pero un bien día de ese invierno conoció a alguien. A mitad camino había un perrito de color blanco, con pelo corto y rizado. De hocico húmedo y mirada triste. El chico lo saludó frotándole la cabeza, el lomo y dedicándole unas palabras. Pero no se podía entretener o haría tarde. Y lo de las obligaciones lo tenía bien aprendido. 

Al día siguiente lo vio de nuevo. Sin duda que ambos habían hecho un buen amigo, pues los dos parecían alegrarse del reencuentro. Seguro que las mañanas a partir de ahora iban a ser más alegres, hasta podría salir antes de casa para entretenerse con poco más. Mañana le llevaría unas galletas.

Fue dos o tres días después, cuando el amigo perruno no apareció. Le había traído las galletas como siempre. Lo buscó. Quizá se había despistado con la hora o quizá se encontrara mal. Lo encontró debajo de un coche. Ahí debía de refugiarse en las frías noches de invierno – Perrito, perrito sal – El chico metió medio cuerpo debajo del coche, como cuando se le quedaba atascado el balón. Tocó la pata del perro, la levantó. Pero… El perrito ya no estaba entre los vivos. Aquello fue un shock para el chico, al que se le quebró algo en su interior. Y aquel invierno… se volvió aún más frío.

18/09/2018

Fuente imagen: http://galeriadecharcos.blogspot.com/

Comentarios

  1. Ay que pena Roland. Supongo que la vida es así ... cruda en muchos momentos; dándonos una buena coz cuando menos lo esperamos.
    Que triste me dejo tu relato..
    Pero me gusta mucho leerte y espero que un verano de inspiración te llegue pronto

    Besos y feliz semana :)

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    1. Hola Nieves!

      Eso pasa a veces. Yo también me alegro de que me sigas.

      Besos.

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  2. Ay que triste, porfis revive a ese perrito!dale una oportunidad!
    Es que pienso en mi Sanchito.
    Un abrazote grande y te digo igual que tu a mi, porfis escribe, yo también voy a escribir mas.

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    1. Hola Natalia!

      Lamentablemente a veces las historias no acaban bien. Ya me gustaría a mi...

      Un abrazo grande y dale otro a Sancho de mi parte que pese a no haberlo visto en persona, le tengo cariño

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  3. ¡Hola Roland!

    Triste historia, triste realidad. Aún así, para mí mereció la pena esa amistad tan breve. Mientras la vida quiso, fueron felices ambos.

    Un abrazo

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  4. Pues a mí me gusta mucho. Aprendió, ese invierno, algo más sobre la vida o la muerte o lo que las une.

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    1. También es válida la perspectiva, como dice el dicho, de todo se aprende.

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