Helado de fresa y nata



No teníamos móvil, ni tablet, ni consolas. Nunca nos negábamos, cuando los padres nos decían de ir a algún sitio a pasar el domingo. 

Nos hicimos exploradores. Seguir una acequia, un camino, un riachuelo, era un divertido entretenimiento. 

Nos hicimos experimentadores de la naturaleza. Hormigas, lombrices, ranas, cangrejos... 

Jugábamos con la arena, la tierra, el agua, la hierba, las ramas, los árboles. Y si además había un balón, una baraja de cartas o una cuerda; había entretenimiento para horas. 

Estimulábamos la imaginación al máximo, era fácil crearse alrededor un mundo de fantasía y jugar a ser detectives, espías, polis o cacos, superhéroes... Y se aprovechaba todo lo comentado anteriormente.

Un cómic era un tesoro. Tener paciencia para leer un buen libro, era cosa fácil. Admiramos las cosas con profundidad, atesorando los detalles. Quizá por eso, cuando después de unas cuantas horas jugando a nuestras cosas, había la suerte de que pasaba aquel señor al grito de “el polero”, y caía en nuestras manos un corte de helado de fresa y nada... estábamos en el cielo.

06/08/2018

Comentarios

  1. ¡Hola Roland!

    Qué buenos recuerdos traen esos pequeños detalles que a veces nos vienen a la mente, de ese tiempo donde éramos felices y no lo sabíamos.

    ¡Excelente y conmovedor relato!

    Saludos

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    1. ¡Hola Poe!

      Recuerdos que vienen también por contraste con las nuevas generaciones.

      Saludos

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  2. Hola Roland, tanto tiempo!!! Me encanta, me identifico mucho. Ho y en día, la tableta...
    Un abrazote!

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    1. Hola Natalia :)

      Así es. La infancia nos hizo así forma parte de nosotros.

      Un abrazo fuerte

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  3. Hola Roland; En mi barrio pasaba un señor que le decían " el piñonate" porque iba vendiendo eso... piñonates (caramelo con almendras)
    Hacía el negocio con nosotros, los niños del barrio y bueno recuerdo mis años de "exploradora" y que el peor castigo era ... en casa sin salir ... una tarde en el salón de casa viendo tv. Podía ser lo peor de lo peor.

    Ay... cuanto se pierden estas nuevas generaciones .

    Saludos y feliz semana :)

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    1. Hola Nieves.

      jajaja Cierto, quedarse en casa podía ser un castigo. Y explorar... realmente me sigue gustando.

      Besos y feliz semana.

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