El cole



El primer día que fui al colegio no quería llorar, quería ser valiente. Para ello, inocente de mi, le hice prometer a mi madre que me estaría esperando en la puerta del colegio hasta que terminara. Así que no lloré. Como cualquier niño cuando empezaron las clases me olvidé de todo, y al salir allí estaba mi madre, aunque creo que ya no me llegué a plantear si en verdad había estado todo el reto esperando.

Recuerdo aquellos puzzles de madera, hacerlos encajar... Un día nos pusimos a llorar todos buscando una pieza de madera que faltaba. La profesora nos amenazó con el peor de los castigos: Hasta que no la encontrásemos no nos podríamos ir a casa. Un niño de esa edad imagina días y días sin poder volver a casa. Fui el afortunado que encontró la pieza, así gané mi libertad jeje

Y los primeros dibujos de Tom y Jerry, nos los ponían con un proyector. Aquella escoba que aplastaba una y otra vez al pobre ratón, pero curiosamente siempre volvía a recuperar su forma original.

Mancharse las manos con pinturas de acuarelas, eso era todo un placer. Aún recuerdo el olor ácido de aquellos botes. Había que tratar de pintar algo en una hoja y recortarlo luego con un punzón, eran siempre actividades divertidas y el despertar artístico.

A aquella edad las chicas no eran algo deseado ni atractivo, ellas eran “el otro bando”, las chicas iban con chicas y los chicos con chicos. La diferencia parecía abismal, y que te dijeran que “ana” era tu novia era más una ofensa que algo bueno.

Recuerdo que tras ver unas huellas de barro en la pared del colegio. Un compañero me dijo que una bruja que vivía en la casa del al lado lo quería atrapar, que le había dado con la mano en el culo. Y que aquellas huellas eran el testimonio del crimen. Pude imaginarme aquella historia con todo lujo de detalles y desde entonces miraba aquella casa con recelo.

Historias de la infancia, primeros recuerdos. Y esa parte de nosotros ¿Aún la conservamos? ¿Donde quedó?

24/04/2015

Fuente imagen: http://www.pic2fly.com/Imagenes-De-Manos-De-Ninos.html

Comentarios

  1. ¡Hola Roland!

    Tu entrada de hoy me parece encantadora, por muchos motivos. Entre otros, por ser tan personal, y por el tema tan tierno que toca. Ademas despierta en mi mis propios recuerdos, y eso es genial :)

    Los días de cole.. parece que fueron ayer mismo. Los amigos, los juegos, las clases, los profesores (todos solían dejar huella), el aprendizaje total de la vida en el patio de un colegio, con sus jerarquías, sus zonas de juego inamovibles, sus rivalidades.. El colegio es una metáfora de la vida adulta, pero qué importante es en el desarrollo de un niño..

    Recuedo que a mí el tiempo de patio del comedor me parecía eterno, jugábamos a mil cosas, y parecía que no se acababa nunca. Ahora sé que tan solo era una hora XDD

    Preguntas dónde quedó esa parte de nosostros.. A mí me gusta pensar que aún la conservo.. No sé si eso es bueno o malo XDD

    Como siempre, un placer leer tus reflexiones tan interesantes.
    *Qm*

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    1. ¡Hola Poe!
      Pues esa era la intención que cada uno mirase en su interior ^^ A ese niño que tenemos dentro, al placer de descubrir y asombrarse... :*

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  2. Hola Roland
    Hoy nos llevaste al salon de clase jaja. Yo me fui muchos muchos a~nos atras, a mi primer colegio. Era de monjas, y me pasaron de pre kinder a kinder porque la Hermana le dijo a mi mama que yo era "muy lista" jaja Ya en kinder pase trabajo porque no sabia hacer la letra e corrida, y las hacia como una pelotica con unas paticas abajo jajaja
    Bueno, todos esos recuerdos fueron evocados por tu encantadora entrada.
    Abrazote!

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    1. Hola Nataly!!
      Uff yo tuve mucho que lidiar también con mi caligrafía. Pero al fin y al cabo espero que recuerdos entrañables. Un abrazo grande :)

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  3. Precioso. Tantos recuerdos. De mí ya no queda nada de la que fui en la infancia, quizás sólo la imaginación.

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    1. Bueno. La vida nos va dando cada vez más recuerdos. Siempre que nos sea posible intentemos quedarnos con lo positivo. Me alegro de que te haya gustado :)

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