Un cuento en diez minutos

La flor Pin y pon iban cogiditos de la mano, por un caminito lindo de piedrecitas marrones y un seto a cada uno de los lados. El caminito cruzaba un pequeño riachuelo con un bello puente de madera que olía a barniz, y las truchas saltaban alegremente por debajo. Pin y pon, cogiditos de la mano cantaban una canción. Pero debían de darse prisa o la noche los atraparía. Entonces Pon vio una hermosa flor que sobresalía por encima de las demás, era más grande, olía más bien y lo extraño es que tenía un pétalo de cada color. Pon se acercó dispuesto a llevarse esa flor, cuando una voz se oyó - ¡Eh tú que pretendes! – Pon se quedó paralizado cuando se dio cuenta que la voz provenía de ¡La misma flor! - ¡Anda, una flor que habla! – Fue lo único que fue capaz de decir. Pin se acercó lentamente hasta ponerse a su lado y agarrarle de nuevo la mano. La flor, visiblemente enfadada siguió hablando pese al asombro del chico - ¿Qué pretendías, acaso me dejarías que te arrancase la cabeza...