Esfuerzo

El viento silbaba al contacto con los árboles y la roca, mientras gotas de sudor perlaban su frente. Su rostro estaba fruncido por el esfuerzo, pero por dentro estaba feliz. Una vez más lo estaba logrando. ¡Estaba alcanzando la cima! Había que ir con cuidado. Mano, mano, pie, pie, mano, mano… Y la pesada carga a la espalda. Se respiraba tan bien aquí. Los logros, los retos. Se secó el sudor con la manga de la camisa, no podía permitirse que se le enturbiara la visión. Una piedra más, una roca más… Ya casi, ya casi… Había sido duro, pero estar tan cerca le despeja a uno la mente. ¿Qué es la vida sino superar cada uno de los retos? Paró, necesitaba tomar aire. Primero aire, luego agua. Es lo que le pide el cuerpo. Dosificar las energías, sin prisa pero sin pausa. Hay que seguir, hay que seguir. Ahí adelante parece haber... ¿Se acaba? ¿Es el collado? A partir de ahí será pan comido. La carga, no se le olvida la carga, sigue el ascenso. Solo queda la parte final...