Gusanos

Lombrices seguramente. Aquellos pequeños y viscosos bichos empezaron a recorrer su pierna. Por si no fuera poco con haber sido enterrado vivo. En un espacio tan claustrofóbico, como el del interior de un ataúd. Su ansiedad había llegado al límite. Pero a estas alturas, morir de un infarto, sería lo mejor que le podía ocurrir. Sus dedos arañaban inútilmente el interior del féretro. Las lágrimas, empapaban su mejilla. No pudo evitar repasar su estúpida y gris vida. Si ahora tuviese una segunda oportunidad... Cuantas posibilidades desperdiciadas. Sus lágrimas se convirtieron en sollozos, en un grito de angustia que nadie iba a oír bajo un par de metros de tierra. Seguramente los gusanos se darían un banquete con su carne, se los imaginó horadando la parte blanda de sus ojos. Estas lombrices que... ¡Un momento! Las lombrices no pueden atravesar la madera ¿Cómo demonios han entrado? Recapituló rápidamente, primero las sintió en las piernas, debe de haber una abertura... Comenzó ...