Días de niñez y gloria

Sus padres, tenían un par de amigos, que tenían sendas casetas de campo. Curiosamente no estaban muy lejos la una de la otra. La una era vieja, oscura y tenebrosa. La otra, diáfana y como a medio acabar. Pero en ambas vivieron grandes días. Los recuerdos se mezclan como en un relato de terror. Rincones de polvo y arañas. Y aquel enorme pastor alemán. Lleno de babas, olía muy mal pero a su vez el can tenía muy buen olfato. Para el miedo. Uno no sabía si quería jugar o darte un bocado en el hombro. Pero cuando tenía que pasar por su lado le daba pánico. En las acequias cercanas abundaban las ranas. Era divertido cazarlas, mejor que un video-juego. Un día llenaron un bote entero, consiguieron capturar decenas. Como no les gustaba hacerles daño las liberaron todas juntas en medio de un camino. Para perseguirlas corriendo, con todas las ranas saltando a su alrededor. Fue un momento especial. Otro día junto con otros amigos, organizaron un partido a rugby, improvisando la mayor...