El cole

El primer día que fui al colegio no quería llorar, quería ser valiente. Para ello, inocente de mi, le hice prometer a mi madre que me estaría esperando en la puerta del colegio hasta que terminara. Así que no lloré. Como cualquier niño cuando empezaron las clases me olvidé de todo, y al salir allí estaba mi madre, aunque creo que ya no me llegué a plantear si en verdad había estado todo el reto esperando. Recuerdo aquellos puzzles de madera, hacerlos encajar... Un día nos pusimos a llorar todos buscando una pieza de madera que faltaba. La profesora nos amenazó con el peor de los castigos: Hasta que no la encontrásemos no nos podríamos ir a casa. Un niño de esa edad imagina días y días sin poder volver a casa. Fui el afortunado que encontró la pieza, así gané mi libertad jeje Y los primeros dibujos de Tom y Jerry, nos los ponían con un proyector. Aquella escoba que aplastaba una y otra vez al pobre ratón, pero curiosamente siempre volvía a recuperar su forma original. Manchars...