Pensamiento estival

Un bocadillo comprado en una carnicería y comerlo de pie, puede ser un autentico manjar si las circunstancias acompañan. Y la felicidad, algo que no sepamos reconocer en el momento. Quizá pueda servir de pista, el deseo de que el reloj vaya más despacio, que se pare en ese instante. Ayer leí en El libro de los Baltimore, de Joël Dicker, una frase que me hizo pensar: “el secreto de la felicidad es aceptarse a uno mismo tal y como es”; pero hay tantas definiciones de felicidad como personas. Unos simplemente valorando lo poco se tiene, la felicidad de los necios, la de los ignorantes… La vida es… complicada. Los astros no siempre se alinean según nuestros deseos. Cuando no falta una cosa, falta otra. A veces nos empeñamos en tratar de engañar al tiempo, engañar al corazón, engañarse a uno mismo. Es malo cuando nos limitamos a ver la felicidad en el pasado. Estamos cerrando la puerta a la felicidad en el presente. Y porque además… la esperanza de ser felices, es lo que nos sepa...