A un paso

El viento azotaba el acantilado. Su pelo se arremolinaba y trataba un imposible. Su cuerpo, inclinado hacia el precipicio con la vista perdida en el más allá. A veces enfocaba en las oscuras olas que batían contra los riscos de piedra. Pero otras veces simplemente desenfocaba la mirada para verlo todo borroso. En esos momentos parecía tan fácil dar un paso al frente… La caída no sería muy larga y probablemente la muerte rápida. Toda su piel se estremeció y pensó en ella una vez más ¿Por qué? ¿Por qué no me aceptaste? ¿Tan malo soy para ti? ¡Te lo hubiese dado todo! Inspiró hondo, se preparó para el momento. Sólo esperaba no fallar y quedarse inválido. Bueno, allá iba. Entonces escuchó. El rugir de las olas, el viento que sacudía su ropa y todo lo que encontraba a su paso. En ese momento fue uno con los elementos. Tragó saliva y pensó: Vamos… Frunció el ceño. No puedo… ¿Acaso merece la pena? Relajó los músculos. Sigamos un día más en el mundo de los vivos. Algún día apare...