Toxicidad


No me gusta el término “persona tóxica”, salvo que haya recibido una dosis elevada de rayos gamma… (perdonad el humor negro) … no considero que haya personas tóxicas. Son personas nerviosas, o con baja autoestima, o con ego demasiado elevado, o manipuladoras, algunas las hay hasta malas, otras simplemente no encajan con nosotros. Pero todas, o la mayoría al menos, tienen la posibilidad y el derecho de mejorar su actitud, ya sea por su propia cuenta o con la ayuda de un profesional.

Eso no quiere decir que nos convenga tener a una de esas personas de continuo a nuestro lado. Lo primero es darse cuenta, lo segundo comunicar nuestra desazón, lo tercero, ser asertivo.

Os voy a contar una peregri-historia.

Caminaba con un peregri-amigo, una de esas personas de las que hay que quitarse el sombrero, ya contaré esa historia en otra ocasión. Cuando escucho a mi espalda “Usas los bastones mal, parece que vas esquiando”. Así de primeras, sin un “buenas, qué tal”. Esta persona, se coloca a mi lado y me dice: “déjame los bastones”, a que respondo “No”. Insiste “¡Déjame los bastones!” y yo de nuevo “No”. Y por tercera vez “¡Déjame los bastones que te quiero enseñar una cosa” y respondo “No, no quiero que me enseñes nada”

Esto contado así de golpe puede sonar un poco raro, surrealista, voy a explicar un poco más del contexto.

A esa persona ya la había calado el día anterior; casi todas sus conversaciones con los demás, giraban en torno a rectificarlos. “que es mejor que vayas por la carretera que por el camino”, “que llevas las zapatillas mal colgadas”, “has entrenado mal, ese entrenamiento no vale para nada”, “no me gustan los que presumen de cuantos caminos han hecho” (y acto seguido presume él de cuantos caminos ha hecho), y hasta un… “fuiste un blando con tu ex-novia”

Y lo de los bastones. Desde hace años que sé como se usan unos bastones. Pero a veces simplemente, cuando llevas más de cinco horas caminando, pues no te apetece caminar como un robot, me relajo y manejo los bastones como me viene en gana. Desde aquí reivindico mi derecho a hacer las cosas mal.

Pero claro, el hombre ni se molestó en preguntar. Aún así no la considero una persona tóxica. Quizá una persona que tiene la necesidad de dárselas de importante a costa de los demás, aunque los tenga que dejar en ridículo.

El hombre, tras mi tercera negativa ya no insistió y siguió a su ritmo. Mi peregri-amigo se quedó con la boca abierta. Tanto por la actitud de la otra persona como por mi placaje. Le expliqué mi punto de vista y me dijo que había hecho bien. Él me enseñó mucho de superación, quizá yo le enseñé un poco de cuando hay que ser asertivo.

P.D: Un abrazo para José de Palencia con “P” (broma personal con él)


22/12/2023

Comentarios

  1. Hola Roland.
    Estoy de acuerdo contigo. Y subrayo eso de... reivindicar el derecho de hacer las cosas mal.
    Me ha gustado ese toque de rebeldía.
    Salidos

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    1. Hola Nieves.
      Gracias, está bien que en el tiempo libre, nos permitamos el relax, que menos.
      Saludos

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  2. Me encanta tu manera de ver las cosas, habla muy bien de ti y eso que nos falta a muchos, compresion, empatia. Gracias amigo Jorge Roland y como siempre, abrazoteeeee y perdona la falta de acentos.

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    1. Hola Natalia.
      Gracias por estar ahí y dedicarme tu tiempo.
      Otro abrazo grande para ti.

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  3. Por mi parte, reivindico el apelativo de 'personas tóxicas', aunque lo refiero a quienes --no como en el caso que señalas--, van por la vida transmitiendo vibraciones negativas, odiosas, rencorosas, despotricando contra este o aquel. Te dejo un enlace a un artículo de mi Blog, que apunta, en parte, al tema en cuestión. Te sigo. Saludos. https://electivolit.blogspot.com/2020/08/sicologia-inversa-la-llave-del.html

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