Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2020

Pensamiento estival

Imagen
Un bocadillo comprado en una carnicería y comerlo de pie, puede ser un autentico manjar si las circunstancias acompañan. Y la felicidad, algo que no sepamos reconocer en el momento. Quizá pueda servir de pista, el deseo de que el reloj vaya más despacio, que se pare en ese instante. Ayer leí en El libro de los Baltimore, de Joël Dicker, una frase que me hizo pensar: “el secreto de la felicidad es aceptarse a uno mismo tal y como es”; pero hay tantas definiciones de felicidad como personas. Unos simplemente valorando lo poco se tiene, la felicidad de los necios, la de los ignorantes…  La vida es… complicada. Los astros no siempre se alinean según nuestros deseos. Cuando no falta una cosa, falta otra. A veces nos empeñamos en tratar de engañar al tiempo, engañar al corazón, engañarse a uno mismo.  Es malo cuando nos limitamos a ver la felicidad en el pasado. Estamos cerrando la puerta a la felicidad en el presente. Y porque además… la esperanza de ser felices, es lo que nos separa de la

Como dos gotas de agua.

Imagen
Se conocieron hace poco menos de un año. Fue un flechazo a primera vista. Ella era nueva en el lugar y estaba triste por haber tenido que dejarlo todo atrás. Él tenía mucha empatía, venciendo su vergüenza, se le acercó y le hizo compañía. Ella se abrió y comenzó a hablar, a soltar lo que llevaba dentro. Él le contaba sus gustos y ella lo que le preocupaba. Sus dos mundos parecían encajar a la perfección, se complementaban, se entendían. La incipiente relación comenzó a marchar sobre ruedas, esperando el momento de verse, a las nueve de la mañana. Según fueron transcurrieron los meses la relación se fraguó, pero no todo era de color de rosa, una nueva preocupación comenzó a aparecer en el horizonte. ¿Qué pensarían de esto sus padres? Decidieron que lo mejor era ocultárselo, pero… ¿Hasta cuándo?  Estando juntos era fácil olvidar, de sonrisa en sonrisa y agarrándose de la mano a escondidas. Al tiempo, los temores fueron en aumento, cada vez pasaban más tiempo juntos temiendo u

La caza

Imagen
La jungla de asfalto creaba una presión psicológica sobre ellos. Eramos las presas, el cazador andaba al acecho. De algún modo lo sentíamos cada vez más cerca. Ya habíamos perdido a dos compañeros, ahora solo quedábamos cuatro. En un momento que me salí del grupo escuché una voz. No podía, ser. Uno de los nuestros hablando por el móvil, con... ¿El cazador? Los ojos se me agrandaron, teníamos a un espía metido dentro. Lo más silencioso que pude volví con los demás. Iba a decirlo pero... no lo hice. Me excusé conmigo mismo con que podrían haber más espías, pero en mi interior me sentí mal pues sabía algo que los demás no, y eso me podía otorgar cierta ventaja. Me sentí despreciable, pero es a lo que te obliga este juego. Nos adentramos en uno de los edificios abandonados, parecía ser un hospital que se caía a pedazos. Los compañeros empezaron a discutir ¡Otra riña más! Así no iban a tardar en encontrarnos. Entonces tomé al decisión - ¡Me voy! - Exclamé sin dejar claro a que me re