Pasillo solitario



Otra vez frío en el hospital. Solo los hospitales son capaces de producir ese frío glaciar en el cuerpo de uno. 

Se sentía culpable. Siempre había sentido aprensión por la sangre, a la sangre cuando no duele. Como dice Stephen King: “ese olor dulzón y metálico” es una descripción perfecta. 

Al menos lo había intentado con todas sus fuerzas, había estado allí y no solo para ayudar, que también, sino para ser testigo de aquel momento. Pero en cuando la sangre comenzó a fluir no tuvo más remedio que salir para no causar más problemas de los necesarios. Y así lo hizo, al menos calculó bien hasta donde podía llegar y salió por su propio pie.

Ahora le carcomía la conciencia, en aquel solitario pasillo en el hospital. Hasta que llegó aquel lloro. Su cuerpo se tensó ¿Si? ¿No? ¿Por qué no vienen? ¿Es el suyo? Se abre la puerta, vienen a por él. Si, ha nacido su hija.

09/09/2018

Comentarios

  1. A pesar del mal rato que nos transmites... Que bonito es ser padre... y que larga esa espera.

    Feliz semana Roland!!
    ;)

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    1. Hola Nieves.

      Normalmente las esperas en los hospitales se hacen muy duras, pero mejor que sea por un buen motivo.

      ¡Feliz semana! :*

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  2. ¡Hola Roland!

    Hermoso texto, que transmite ese sentimiento de culpa tan comprensible y tan humano, olvidado por una vocecilla recién estrenada al mundo.

    Qué maravilla de narración :)
    Saludos

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    1. ¡Hola Poe!

      Intensos sentimientos los que se viven en un momento así.

      Gracias por pasar, saludos.

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