Cosas de críos
Arturo y Rodolfo, como en varias de las historias de Stephen King eran los apestados de la clase; uno por ser gordito y arisco, y el otro por ser demasiado independiente y susceptible.
Los dos chicos salieron con las bicis, en verano pocas cosas mejores se pueden hacer. Habían comenzado a planear montar un club de espionaje. Solo con imaginarlo se divertían. El nombre: ASB Asociación Secreta en Bicicleta. Arturo cuya mente no paraba, había pensado que podían comenzar eligiendo a una persona al azar, y seguirlo ¿A dónde iría? ¿Encontrarían algún delincuente? ¡Podrían darle el chivatazo a la policía y serían héroes!
Arturo había traído su radio cassette y un montón de cintas, pararon en el margen de una carretera rural y se pusieron a merendar al sonido de las canciones de moda, eran los ochenta y había gran variedad.
En un momento dado, Rodolfo se levantó enfadado, aparentemente sin motivo alguno, soltó unos improperios y se fue con la bici - ¡Espera! - Le dijo Arturo que salió detrás – Pero hombre ¿Qué te pasa?
- ¡Nada, déjame! - No soltaba prenda.
Finalmente lo dejó escapar, quizá mañana se le pasara. Pero entre unas cosas y otras, el verano terminó, y no volvieron a quedar.
El otro día, muchos años después, los dos se volvieron a encontrar. Charlaron recordando los viejos tiempos y el final de la amistad salió a relucir - ¿Qué te pasó? ¿Te dije algo inadecuado? - Pese al paso de los años, Rodolfo respondió avergonzado - ¿Te acuerdas de tu radio? Tú tenías una radio nueva y bonita, y mis padres no podían comprarme nada parecido, me dio mucha envidia – Tras un momento de silencio, añadió – No fue tu culpa, cosas de críos...
16/04/2020
¡Hola, Roland!
ResponderEliminarBuen relato nostálgico. A veces las "cosas de críos" se asemejan demasiado a los problemas de mayores, y viceversa. Para cada etapa siempre es grave lo que ocurre, y en este caso hizo perder una amistad entrañable sin derecho a réplica. Ojalá las palabras y hablar las cosas hubiera servido de algo. Me gustó mucho la historia.
¡Un saludo!
¡Hola Poe!
EliminarDe todo se aprende, y más a menor edad. Seguro que los protagonistas se acordaron de ello en el futuro.
Saludos.
Siempre muy inesperados tus finales y que invitan a la reflexión.
ResponderEliminarAbrazote!!
Jajaja. Me gusta sorprenderte, hace que merezca la pena.
EliminarOtro abrazote para ti!!
Hola Roland.
ResponderEliminarMe deja petrificada la reacción que tuvieron pq si eran verdaderos amigos deberían hacerse buscado y hacer una reunión de club... ese club con nombre tan chulo : ) me ha encantado.
Pero es verdad que cuando tenemos una edad tan complicada hacemos cosas muy raras .:)
Saludos!!
Me gusta mucho leerte
Hola Nieves.
EliminarSupongo que las cosas no son siempre blancas o negras. Pero lo dicho, quizá sirvió para aprender.
¡Saludos!