Vecinos VI




Capítulo 2. Un año después

Miré por casualidad el calendario, el día que había quedado con Fermín. Y era eso lo que me llamaba la atención de la fecha ¿No? 

Pues no. El 1 de Junio me sonaba por algo más. Hace un año… Joder. Parecía que había pasado un siglo, pero fue hace un año cuando conocí a Charlotte, la loca vecina de enfrente. Me sorprendí a mi mismo con una sonrisa en la boca y un dolor agudo en las entrañas. 

Ahora estaba sin piso y había vuelto a casa de mi madre con toda la vergüenza que eso suponía para mi. Aunque estaba fuera de esa casa todo el tiempo que podía, convivir con ella no era fácil. 

En este tiempo también me despidieron y ahora tenía un trabajo precario. Conocí a un electricista que necesitaba un aprendiz. Aunque en realidad me quería para cargar electrodomésticos y llevarlos hasta su taller.  Me callé que tenía una ingeniería y que posiblemente supiese más de electricidad que ese tío. Pero en mis circunstancias, uno aprende a no tener amor propio y la boca cerrada. Un sueldo es un sueldo y había que agarrarse a lo que fuera como un clavo ardiendo.

Tenía la sensación de ir como un zombie por la vida. Con lo bien que estaba yo antes, y ahora mi vida había dado un vuelco mucho más grande de lo que jamás habría podido imaginar. De pronto, todo se había vuelto complicado.

Esta noche intentaría olvidar mi dolor de espalda. Mi colega me había dicho que esta noche su mujer trabajaba en el turno de noche y a él le apetecía salir. No es que me apeteciera demasiado, pero necesitaba un poco de distracción.

Me picaban los ojos. Había estado mirando ese calendario sin parpadear. 1 de Junio. Charlotte. La de los pezones y la mirada desafiante. La ladrona de calzoncillos. Suspiré.

Fui al baño a hacerme el pelo y lavarme la cara. Me miré al espejo, entre la barba y las arrugas que me habían salido en los ojos ahora parecía tener diez años más. “Deja de hablarte así” me recriminé a mi mismo en pensamientos.

Hacía calor para llevar cazadora así que sin más salí a la calle, al restaurante en el que habíamos quedado. Esperé pacientemente su llegada en una de las mesas y le pedí un vaso de agua del grifo al camarero que me miró raro. Pero me dio igual, solo me faltaba un camarero exigente. En fin…

Por fin llegó Fermín. Pedimos y me comenzó a hablar de sus cosas. Yo por algún motivo no lograba centrarme en la conversación. Fue en ese momento la vi entrar al restaurante. Su presencia iluminó todo el local. Maldita coincidencia… ¡¿Y precisamente hoy?! Parece una puta broma del destino.

Apoyé mi cara en la mano, ocultando parte de ella. Traté de dedicar toda la atención en mi colega, mientras sentí mi corazón completamente desbocado.

12/04/2018


Fuente imagen: https://www.officer.com/home/article/10232918/surviving-law-enforcement

Comentarios

  1. Hola Roland

    Gracias por volver a darme la oportunidad de colaborar contigo en esta historia vecinal que tanto me gusta .
    Saludos y feliz semana :)

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    1. Hola Nieves.

      Gracias a ti por tus ganas. Genial compartir la historia contigo.

      Besos y feliz semana.

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  2. ¡Hola Roland!

    es genial volver a saber qué fue de estos vecinos tan peculiares, seguir su historia y sus devenires por la vida que los une y los separa.

    ¡Me quedo en vilo con saber qué pasará ahora! >_<

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    1. ¡Hola Poe!

      Gracias por seguir la historia, eso a ver que pasa jaja

      Saludos ^^

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