Tras el recodo del camino
Últimamente estoy muy focalizado en la aventura y el senderismo. Cuando algo te apasiona le echas horas, más allá del tiempo mismo que requiere la actividad: Buscar que rutas se ajustan más a lo que estoy buscando, estudiar los mapas, buscar combinaciones de trenes y horarios para mi próximo gran reto, leer artículos del tema… Un no parar, que hace que mi experiencia sea más plena.
No sé lo que durará mi pasión, mi experiencia me dice que todo tiene un límite. Es más, en el fondo es una lucha contra el tiempo. Ver como puedo ir mejorando, con el poco tiempo libre del que dispongo, antes de que la edad me alcance. Parafraseando al señor de los anillos: “Quería... volver a ver la Montaña Solitaria... Pero la edad al parecer ha hecho presa de mí.”
De hecho ya hay cosas (grandes retos) que me gustarían y sé que ya no voy a poder hacer. Pero… no hay que recrearse en ello. Solo llevaría a la tristeza y al abatimiento. Encauzar los pensamientos es otra cosa que he aprendido con la edad. (La edad también trae cosas buenas) Y es que… esos retos, los asequibles, lo que te llevan a dar un paso más y no parar; son una de las llamas de la vida. No me aportan solo a lo físico, que también; y a lo espiritual, que también; me refiero a que esa actividad me aporta felicidad, y esa felicidad acaba por impregnar a las personas que me rodean. Y para ello... solo hay que dar un paso más.
22/03/2024
Esa conclusión final de que tu felicidad contribuye a la de los demás es invaluable!
ResponderEliminarAbrazote de Natalia/Leonor
¡Hola Natalia!
EliminarTener gente que aprecia lo que haces... es lo más.
Otro abrazote de vuelta.
Hola Roland
ResponderEliminarYo siempre he pensado que la meta es lo de menos lo importante es disfrutar del camino . De los senderos que te regalan esas vivencias únicas.
Me alegra que estés disfrutando de esas aventuras
Ya nos seguirás contando supongo 😀
Hola Nieves.
EliminarNo hay nada mejor que contar lo que te hace feliz.
¡Saludos!