La chica del tren


 

Era un chico joven, todavía aprendiendo de la vida. En su primer trabajo, con sus primeros sueños. Vestía una chaqueta vaquera, se había dejado el pelo largo y se había comprado una guitarra.

En aquel septiembre tan gris y lluvioso tomaba todos los días el tren para ir a trabajar. Escuchaba música por los auriculares, y miraba a través de la ventana empañada, las siluetas de los árboles quedar atrás. 

Miró en dirección a la puerta por la que iba a subir ella, ya sabía de antemano por cual lo haría, pues era lo habitual. Aquella chica le quitaba el aliento. Con su pelo largo y ojos profundos. Solo podía contemplarla. Soñaba con levantarse y presentarse. Pero se sentía tan atraído, como inmovilizado; como si su cuerpo pesara toneladas.

Sin darse cuenta se había pasado todo el trayecto mirándola. En la siguiente parada la chica del tren se levantó para bajarse, lo miró y se puso a reír, pues se había dado cuenta de las miradas del chico. Él intentó abrir la boca con todas sus fuerzas, pero cuando logró decir “hola”, el tren ya había reanudado la marcha.

20/11/2020


Comentarios

  1. Hola Roland. Me alegra volver a leerte .
    Es fácil construir una amistad en estos trayectos diarios donde siempre son los mismos a la misma hora ... el problema es que el personaje de tu relato tiene a cupido sentado al lado susurrandole posibilidades y eso lo complica todo para que el acercamiento fluya con naturalidad. Nos nervios son inevitables .

    :) saludos y feliz semana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Nieves. Y yo me alegro de leer vuestros comentarios :)
      Los medios de transporte dan para mucho jajaja
      ¡Feliz semana!

      Eliminar
  2. La próxima vez no dejará escapar la ocasión.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Hola Roland
    Tus relatos son siempre un deleite!
    Abrazote gigante!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Natalia :)
      Y leer vuestros comentarios, me alegro mucho.
      ¡Otro abrazote!

      Eliminar
  4. A veces la timidez o la inseguridad hacen que el tren pase de largo. Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, es mejor llevar la mochila ligera en ese aspecto.
      Saludos :)

      Eliminar
  5. Un buen relato corto. A veces no es necesario agregar nada más.

    ResponderEliminar
  6. Otra vez será. Al menos no es tartamudo, que de ser así, la cosa se complica.

    ResponderEliminar
  7. Podría continuar. Y si un día la chica no sube al tren?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

El pájaro y la ardilla

Pasillo solitario

Oda a la oscuridad