Cena
Siempre me han gustado las patatas fritas y el pollo asado. Es económico, pero es sabroso y me trae buenos recuerdos, a la época de mi infancia, cuando mi familia estaba unida. Esto es lo más parecido a estar en un restaurante que he estado, en hace años; si me esfuerzo en imaginarlo, casi lo veo ¿Qué más puedo pedir? Bueno, quizá compañía, alguien con quien charlar en estos momentos.
Para beber una cerveza, ya pasó la época de hacer régimen y un día es un día. De postre, helado. El helado siempre tiene algo especial, que lo diferencia del resto de postres, por elaborados que sean. Además dicen que es digestivo.
Ya terminé, no he rechazado al cura, pese a no ser creyente, necesito hablar con alguien. Después vendrán a raparme el pelo, no es que me guste, pero es un trámite necesario. Hoy daré mis últimos pasos, en lo que llaman el corredor de la muerte.
29/09/2019
Hola Roland!
ResponderEliminarHe visto muchas veces esta escena en el cine... y siempre pienso lo mismo. Que frialdad... del condenado y de los hombres que se encargan de darle muerte .
Para mi es escalofriante por mucha maldad que tenga ese condenado en su corazón.
Lo has descrito fantásticamente... sentí escalofríos al saber el desenlace ...
Saludos 🙂
¡Hola Nieves!
EliminarSi que es un escalofriante momento, me alegro de lograr transmitirlo.
Saludos
¡Hola Roland!
ResponderEliminarUn relato sencillo con gran carga emocional. Saber que esa cena realmente será la última la hace especialmente delicada, y llena de esos recuerdos que a todos nos vienen con ciertos momentos, e incluso olores. Gracias por compartirlo, me encantó :)
¡Hola Poe!
EliminarMe alegro de haber transmitido todo eso. Gracias por los comentarios.