Con el agua al cuello
He estado ausente del blog unas semanas. Primero por saturación personal, luego por alguna de mis aventuras y finalmente por la dana. Y es que… mi localidad ha sido una de las más afectadas. No entraré en temas políticos, que podría, pero no es mi estilo y prefiero evitarlo. Prefiero abordar el tema desde un lado más humano, y con eso ya lo digo todo. Por suerte o por desgracia la inundación me pilló fuera. Y es que ver las cosas a distancia, a tus seres queridos y las pérdidas materiales, estar tan lejos, tampoco aporta tranquilidad precisamente. Luego el periplo para lograr volver con todo cortado por tren y carretera. Y con una empresas de transporte que alardean de buenas, pero que ofrecen un servicio inversamente proporcional a su falta de empatía. Llegar y encontrarse el panorama. Meterse dentro de la zona cero no es lo mismo que verlo o que imaginarlo. Y no. No me quejo, porque antes de hacerlo me acuerdo de los que están peor, de los que han perdido más. El ambiente, los ánimos