La espiral
Hay que ver cómo es la mente. Y es que a veces todo se magnifica. Algo que puede ser un problema relativo, acaba por dominar nuestra vida por completo. El otro día a un compañero de trabajo le entró un ataque de ansiedad, de tal magnitud, que llamaron a la ambulancia para que lo atendieran. Estamos acumulando muchos días con prisas, con estrés, con la sensación de que no llegamos, que no llegamos. Un día, otro, otro, otro… Dormimos mal, nos llevamos toda la tarde preocupados, es en lo único en lo que pensamos. Fatiga, estrés, ansiedad, infelicidad. Es en estos casos cuando lo mejor es… abstraerse y mirar las cosas con perspectiva. ¿De verdad merece la pena? ¿No es acaso nuestra salud lo más importante? Al final, solo es trabajo. Algo que debería estar comprendido dentro de una jornada, una labor que debería hacernos sentir realizados, no lo contrario. Cuesta, cuesta salir de la espiral. Pero a veces hay que esforzarse en hacerlo, merece la pena. Reafirmarnos, es importante que reafir