Sueños
Entonces la vi, me mordí el labio nervioso, ella se echó a reír y a mi se me subieron los colores, antes incluso de que dijera aquello de la camiseta que llevaba, por suerte mi tono de piel no deja verse mucho cuando me pasa eso, pero noto la sangre en mis mejillas. Sonrío, cuando estoy nervioso sonrío fatal, me siento con la cara acartonada, me acerco y le doy un par de besos, con la mano izquierda ya que en la derecha aun tengo sujeta la maleta, la poso levemente en su espalda, llevo meses queriendo abrazarla y me sale esta mariconada de saludo, suspiro y me aparto un poco. Me encanta el gesto de su mano al darme los besos, muy similar al que yo hice, seguramente que está como yo de nerviosa. Sonrío de nuevo cuando me llama por aquel nombre, que no era mi nombre verdadero, si no más bien una coña entre los dos, me sale una risa nerviosa, pero risa al fin y al cabo – bien, voy mejorando – pienso – relájate, no seas tonto